Jesús y María llenen toda nuestra vida:
Hace unos días, hemos recibido con gozo su esperada información sobre la labor
tan importante que deja realizada nuestro inolvidable y tan querido P. Alba.
Sin duda que el Señor lo encontró ya fruto maduro, para llevárselo al abrazo
eterno. Mucho bien podría seguir haciendo todavía en la tierra, pero confiamos
en que desde el cielo nos ayudará; a él nos encomendamos. Le agradezco mucho
que me enviara la última carta de despedida del Padre; es un tesoro, ahí se ve
reflejada su "pasión" por la gloria de Dios, por la salvación de las
almas, por la juventud, por todo lo de Dios. Gracias, muchas gracias. Y también
por el recordatorio y las fotos. Al P. Alba le conocía por la revista: en el
número 669 de noviembre pasado está con Rafael Stern. Escribe unas páginas
maravillosas de su cristianismo vivido contra viento y marea. ¡Cuántos santos
tenemos en nuestra Santa Madre Iglesia! Gracias, Señor, por todo. Pienso que si
tantas personas que vagan por el mundo descubrieran un poquito que sólo en
Jesús se encuentra la auténtica felicidad, darían de lado a tantas cosas que
les absorben y que al fin les dejan vacíos. Pedimos al Señor les conceda a
todos cuantos trabajan en la Asociación de la Inmaculada y con el P. Antonio
Turú, bien con la juventud y otros apostolados, que os llene de su sabiduría,
para ir sembrando en las almas la sana doctrina del Evangelio, que no envejece
ni pasa nunca de moda.
Carmen Mª de la Sta. Faz, i.c.d.