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J.M. J.T.
Le ha tocado a V. de Capellana la Hna. Ángeles de Cristo que le ofrece sus pobres oraciones durante este año y le ruega en caridad no la olvide en las suyas tan fervorosas.
Muchísimo pido por su salud y todos sus ministerios e intenciones, como siempre pongo por intercesoras a la Santísima Virgen y a Madre Maravillas. Que Ellas sean su consuelo en estos momentos y si puede celebrar la Santa Misa, pida para que sea una santa carmelita. Estamos pidiendo mucho toda la Comunidad.
Jesús sea siempre nuestro consuelo y fortaleza muy querido P. Alba: Me encarga nuestra Madre escribirle en su nombre, lo que hago con muchísimo cariño. Sabemos por los padres de la Sociedad, del curso de esta enfermedad que el Señor ha querido enviarles, y desde que nos avisaron estamos encomendándole muchísimo, segura de que estará ganando muchos méritos para el cielo. Yo le recuerdo continuamente, y pensando en usted, Padre, en su vida que tantos bienes nos ha traído a tantos, siento necesidad de darle las gracias una vez más y de pedirle que siempre nos siga ayudando y protegiendo. Pida, Padre, por esta pobre carmelita, que un día, cerca de usted, pueda cantar en el cielo las misericordias del Señor. Con todo el amor de esta hija que le pide su bendición:
Lourdes del Corazón de Jesús, i.c.d.
Jesús sea en Usted muy querido Padre Alba: ¡Cuánto le estamos pidiendo a nuestra Beata Madre Maravillas par que ella le ayude en estos momentos de dolor y lo deje un poquito más con nosotros, que tanta falta nos hace y tanta gloria puede dar a Dios aquí en la tierra! Nos encomendamos a sus oraciones y le pedimos ofrezca algo de sus sufrimientos por las vocaciones para el Carmelo. Bendiga a esta Comunidad que tanto le quiere y le está tan agradecida.
Mª Reyes del Corazón de Jesús, i.c.d.
Queridísimo Padre: Mucho me he alegrado de que me haya tocado ser su capellana este año. Es de justicia que una servidora rece por su Reverencia, pero siendo su capellana tengo el mérito de la obediencia, y a la Santísima Virgen le he pedido sea ella su verdadera capellana, y si es voluntad de su Divina Majestad, nos lo ponga bueno, que no está el mundo para perder tan aguerrido capitán. Padre, esta pobre hijita suya no lo olvida y le manda el más cariñoso de sus abrazos. Acuérdese de mí, Padre, si no ahora, cuando llegue a su Reino. Le beso su mano y le pido, por Amor de Dios, su bendición. Su capellana,
Mª del Carmen del Corazón de Jesús, i.c.d.
Muy querido R. P. Alba: Me han dicho que está V. R. muy enfermo. Espero que al recibir esta carta esté mejor. Sobre todo, le pido al Señor que le dé su fuerza y su luz para sufrir como él quiere, con mucho amor a su Santa Voluntad. Si quiere que se lea sincera, le felicito, pues la cruz es un verdadero regalo y tesoro que Dios da a los que más ama. Como no sé si el Señor querrá ya llevárselo al cielo, le quiero poner estas letras ante todo, Padre, para darle las gracias por todo el bien que me ha hecho, a mí y a toda mi familia. Sobre todo por haberme ayudado a realizar la vocación a la cual el Señor me tenía destinada y que dudo mucho que, si no hubiera ido a la Unión Seglar y al Centro de Jóvenes, y a Ejercicios Espirituales, y a Campamentos y a Cursillos de jefes, creo que no me habría sido tan fácil descubrirla y realizarla. Ahora que llevo 19 años de Carmelita, le puedo asegurar que soy feliz, muy feliz en el Carmelo, que es una gracia que nunca podré agradecer lo bastante. Sí, Padre, estoy cumpliendo la Promesa de los jóvenes de la Unión Seglar. Amo a Dios sobre todas las cosas y he levantado sobre ese Amor toda mi vida, estoy centrada en Dios y lo único que deseo en esta vida es hacer mía su Santa Voluntad, y si Dios me lleva por el Camino de Jesús (que es la Cruz) mucho mejor. Es corta, muy corta la vida para amar a ese Dios tan bueno, por eso Dios nos dará una eternidad para amarle. Padre, cuando esté con Él, dígale de mi parte que le amo y que me lleve pronto a la verdadera Vida, donde todo será HONRA Y GLORIA DE DIOS, todo felicidad conociendo a ese Dios, digno de ser amado sobre todo. Un abrazo, Padre, y que Dios sea siempre bendito por todo lo que ha hecho por su medio.
Mª Isabel de Santa Teresa, i.c.d.
J.M. + J.T.
Jesús sea siempre en nuestras almas, amadísimo Padre: Estoy muy contenta de ser este año su capellana y ya estoy pidiendo muchísimo por V.R. y todas sus intenciones y necesidades. A la Santísima Virgen le digo que sea Ella su verdadera capellana y supla toda mi pobreza. Mucho los estamos recordando a todos en estos días con tan gran prueba como están pasando con nuestro amadísimo P. Alba; estamos todas pidiendo al Cielo el milagro de su curación si es la Voluntad de Dios. Suplico su bendición y beso su mano, su más pobre hija y capellana,
Mª Carmen de Jesús, i.c.d.
Jesús sea siempre nuestra paz y fortaleza, amadísimo Padre en el Señor: Como las Hermanas le escriben, aprovecho para decirle lo muchísimo que estamos rogando y pidiendo al Señor por el P. Alba y también por todos; son momentos duros para el corazón y a la vez, de gracias para el alma. Estamos al corriente de cómo va el Padre. El día 31 estuvo el P. Miguel Acosta, y nos contó. Dios sea glorificado en sus siervos. También el P. José Mª Escudero nos dio más noticias el día 6. Como ve, Padre, estamos muy unidas a los acontecimientos que Dios va permitiendo. No se ponga enfermo, Padre, que ahora más que nunca hace mucha falta. Ruegue por nosotras. Su más pobre hija en el Señor,
Mª Esperanza de la Eucaristía, i.c.d.
Jesús sea siempre en nuestras almas. Amadísimo P. Cano: Como supongo ya sabrá, he dejado de ser su capellana, que lo fui el año pasado. No por eso dejaré de pedir por V.R., pues aunque pobres, siempre le tengo muy presente en mis pobres oraciones, pero siempre cargadas de afecto y veneración a todos los Padre que Nuestro Señor ha querido poner en mi camino y tanto me han ayudado, como lo ha hecho V.R Una servidora sigue igual de feliz y contenta que siempre y con unas ganas cada día más grandes de ser tan santa carmelita como Nuestro Señor espera de mí y Nuestra Santa Madre Teresa de Jesús nos quería. Estamos pidiendo mucho por el P. Alba, para que si es voluntad de Dios haga el milagro de curarle y si no, pues lo que sea para su mayor gloria y santificación de las almas. Nos cuesta que nos dejen las personas que queremos tanto y es de imaginar lo duro que debe ser para V.R. y todos los Padre y demás que viven allí, en Sentmenat. Por eso, aunque tan lejos, no dejamos de estar unidos y encomendarles en nuestras oraciones. Padre, encomiéndeme también V.R. para que sea una santa carmelita descalza, que ame a Nuestro Señor hasta la locura, si es preciso, y hasta la muerte en esta tierra y poder gozar de Él por toda la eternidad. Le pide su bendición, su menor y más pobre hija,
Sara Mª de la Madre de Dios, i.c.d.
Jesús sea siempre en nuestras almas.
Mi querido Padre: Nuestra Madre me ha dicho que le ponga unas letritas y me alegro mucho, pues así puedo decirle lo muy cerquita que estoy de V.R. y de todos "mis" Padre durante todo el día. Siempre lo he estado, pero ahora más, pues no hay cosa que no haga que me deje de acordarme del P. Alba y de todos, y los encomiendo a la Santísima Virgen; además me ha tocado ser la capellana del Padre y me alegré mucho, pues así tenía además el mérito de la obediencia y a la Santísima Virgen de mi parte, pues es Ella la verdadera capellana. Padre, esto de ser carmelita es una gracia que no se puede explicar. Es un estar mimada de Dios minuto a minuto y yo se lo debo a VV. RR. y a la Unión Seglar, que han sido junto con mi madre los instrumentos de los que Dios se ha servido. Y es de bien nacidos ser agradecidos. Yo quiero serlo, pero pobre de mí. No tengo más que un medio para agradecerlo de verdad y es ser santa. Allí aspiro, y mientras le pido a mi dulce Dueño les de las gracias que necesiten, y sobre todo ahora, a todos los Padre y de una manera muy especial a V.R. y al P. Turú, dígale de mi parte que no lo olvidamos, y a todos, y a mi tío, el P. Ignacio dele un abrazo de mi parte. Padre, y si se lo puede dar al P. Alba sin achucharlo mucho, se lo da, y le dice que lo quiero mucho y rezo para que si la Santísima Virgen quiere lo ponga bueno, pero todo para mayor honor y gloria de Dios, como él tantas veces nos ha dicho. Padre, tantas cosas que me gustaría decirle y ahora no salgo de aquí. Gracia, Padre, gracias. Que Dios se lo pague: sus pláticas, sus sermones, cuando nos reñía, y todo. Aquí estamos todas bien, gracias a Dios. El día 31 vino el P. Miguel y tuvimos hora santa y después la Santa Misa. Así empezamos el año. Creo que Nuestro Señor estaría muy contento en nuestra casa, pues hasta una monjita de 91 años se quedó hasta la 1 y media (es que es una santita) y de rodillas y sin apoyarse en nada, para que Nuestro Dios tuviera algún consuelo en esa noche en que tantos le ofenden. Ánimos, Padre... Cuántas cosas se sabrán en el cielo que aquí no se pueden sospechar, como el bien que se hace sólo con el ejemplo. Entonces comprenderán cuan agradecida le estoy u cuan poco es para lo que debiera. Su más pobre hija que le quiere mucho y santo, e implora su bendición,
Mª del Carmen del Corazón de Jesús, i.c.d.
Padre de mi alma: Le felicito porque le ha tocado una capellana que es una santa carmelita, un modelo de feroz abnegación en el trabajo y desprendimiento total del mundo. Es la que se cuida de la cocina y en su humildad, ha pedido que le escriban a V. R. en lugar de ella, lo que hago feliz por poder decirle de ella lo que es para nuestra Comunidad su ejemplo. Estamos todas pendientes de tener noticias de V.R. pues para mayo ha de estar en Roma y luego hacernos gozar con su descripción y explicación de todo lo del viaje. Beso su mano y le pido la bendición para todas.
Navidad 2001
Jesús sea siempre en nuestras almas. Querido Padre Alba: Le deseamos unas fiestas muy felices, especialmente la Nochebuena y el día de Navidad. Que Jesús le llene de su amor, hasta tanto que arde el mundo. Servidora también está en ello y espero con gran esperanza que Dios nos lo concederá. Le adjunto una estampa de San José de confección casera. Estamos pidiéndole por la salud de Ud. Somos tantos que se nos concederá. Muy unidos por la oración y en todas las adoraciones de estos días, y para que la cosa sea bien completa, le suplico nos mande una bendición tan grande que nos abarque a todas.
¡Jesús sea siempre en nuestras almas!
Querido Padre: ¿Cómo se encuentra? Sepa que aquí le encomendamos mucho en nuestras oraciones. Aprovecho estas líneas para desearle una feliz Navidad y una santa venida del Niño Jesús a su corazón. ¡Qué misterio!, ¿verdad, Padre? Que Dios mismo se haga hombre para salvarnos y abrirnos las puertas del cielo... ¡Eso es muy gordo! "Amor con amor se paga", y, ¿qué mejor manera de recompensar ese amor que dándonos enteros, de alma y corazón? Esperando recompensar algún día ese amor, suya en Jesús y María. i.p.c.d.
Jesús sea en nuestras almas, mi querido Padre José Mª Alba: No se puede imaginar lo rápido que me pasa el tiempo. Llevo en casa un año y algún mes y me parece que fue ayer cuando entré. Sin embargo, ¡es curioso!, por otro lado, Dios llena de tal manera mi alma que me parece estar toda la vida aquí. ¡Qué cantidad de gracias que ha recibido mi alma desde que estoy en casa, y otras tantas que seguramente hoy por hoy no me he dado cuenta de ellas. Nuestra Madre siempre me dice: "Hermana, todo es gracia, hasta aquello que más le pueda costar". ¡Padre, si entendiera esto!, cuántas veces me ciego y no veo que eso es pura voluntad de Dios. Pero ahora que va a empezar el Adviento, a ver si me preparo para recibir al Niño Jesús un poco más decente, con la gracia de Dios y con la ayuda de la Virgen María, mi Madre. Espero que esté V.R. recuperándose de estos "achaques" que últimamente está padeciendo. Todas sus carmelitas, y entre ellas esta novicia que tanto lo quiere, lo estamos encomendando mucho, para que el Señor le devuelva esa salud de hierro que siempre ha tenido, y así pueda seguir trabajando para implantar de nuevo el Reinado de Cristo en la sociedad. Padre, usted siga encomendándome mucho para que con la gracia de Dios sea una buena carmelita, entregándome del todo para Él, sin quedarme nada para mí. Este es mi mayor deseo, creciendo en su amor cada día más, ser toda suya. Usted mejor que nadie sabe lo que Dios me ha amado, sabe lo que he hecho sufrir a mi mamá, y sabe que fruto de su oración y de la oración de algunos otros, juntamente con la misericordia de Dios y su infinito amor, es que sea carmelita. ¡Qué regalo tan grande de Dios que no merezco! Por eso le pido que me encomiende para que no desperdicie este don tan preciado, que sepa aprovecharme de él y darle mucha gloria a Dios con ello. Poco a poco voy viendo que no hay mejor camino para la santificación que ver en todo a Dios, que todas las circunstancias son permitidas por Dios para el bien de tu alma. ¡Ojalá llegue a comprender esta voluntad mía, que no tiene nada que hacer ante la Voluntad divina! Espero pronto llegar, pues mi deseo no es otro. Bueno, Padre, la cuestión es que le he escrito para felicitarle la Navidad y resulta que me he ido por otros andurriales, pero le contaría tantas cosas nuevas que está descubriendo mi alma, pues Dios me está dando la gracia de que cada día me voy conociendo un poco más, y aunque no es muy agradable, veo su infinita misericordia para con esta alma que tanto desea darse a Él. Le deseo una feliz y santa Navidad, y un año lleno de bendiciones 2002. Que Dios nuestro Señor lo siga bendiciendo con su gracia como hasta ahora ha hecho, a V.R. y a toda su comunidad. De todo corazón su más pobre novicia: i.n.c.d.
Muy queridísimo Padre: Estoy espantada de la velocidad con que se me están pasando a mí los años. Esto quiere decir que aunque parezca imposible, ya estamos otra vez a las puertas del Adviento y aquí me tiene otra vez deseándole con toda el alma que este misterio inefable y dulcísimo de Dios hecho Niño le llene cada vez más y más dela locura de su amor. Espero que para cuando le llegue esta carta ya estará totalmente recuperado de su pulmonía y más "sano y fresco" que nunca para poder pasar como cada año, justas la familia del Carmelo con la de la Unión Seglar, la hora santa del Año Nuevo. No se pude imaginar, Padre, lo que es para mí empezar el Año Nuevo con ustedes bajo la mirada de Jesús Sacramentado, dándole gracias por tantas gracias y beneficios recibidos. Por aquí todo bien. Ayer entró Patricia y aunque con el "atontamiento" propio de los primeros días e la ve muy contenta y serena. Encomiéndeme, Padre, para que después de ocho años que llevo en el Noviciado, el Señor se digne concederme "la gracia de estado", pues me parece que si es que la tengo (dicen que el Señor siempre la da) es tan gota a gota y tan segundo a segundo, que veo que me falta la CONFIANZA necesaria para creer que al segundo siguiente no se me dejará de dar la palabra, la luz, y lo que sea necesario para poder ayudar en algo a estas hermanas que el Señor nos va dando. Servidora estoy con unos deseos "inaguantables" de amarle cada día más a Jesús. No se puede imaginar cómo y cuánto me gusta mi Dios y la Virgen María y todo lo suyo. Así que suplíquele que pues me pone estos DESEOS enormes que me los sacie, y que cuando me los haya saciado me los acreciente aun más para que me los tenga que volver a saciar y así sucesivamente hasta lo más. Padre: pídale a Jesús que me fortalezca para sacrificarme constantemente por Él y por las almas, y que me haga humildísima de corazón, pues sólo así podré entender que le amo un poco de veras y que no se me queda todo en deseos y afectos del corazón como hasta ahora. Servidora también le encomiendo mucho y no le olvido en mis oraciones, pues bien sabe Dios cuantísimo le debo. Que el Señor se lo pague todo colmándole de toda esa gracia y amor que le deseo en estas Navidades y siempre y que no soy capaz de expresarle. Déjese cuidar un poco por sus hijas e hijos porque a nosotras nos pasa como a San Pablo, que si usted enferma, enfermamos todos. Encomiéndeme mucho en la Santa Misa y bendiga a esta hija suya que tanto le ama en el Corazón de Jesús y de María ¡mi Madre! i.c.d.
P.D.: Felicite a los Padres, seminaristas y a todos los hermanos y hermanas.
¡Jesús sea siempre en nuestras almas!
Muy apreciado P. Alba: Padre, nuestra Madre nos ha contado cómo andan haciéndole revisiones médicas. Con todo el fervor de hija estoy rezando la novena que hacemos de comunidad, pidiendo a nuestro Padre San José su pronta recuperación, para que por muchos años pueda continuar trabajando para gloria de Dios. Con los mejores deseos, pido a nuestro divino Rey colme todos sus anhelos y aspiraciones en esta Navidad. Deseo extensivo a toda la Sociedad Misionera de Cristo Rey y a toda nuestra gran familia de la Unión Seglar. Padre, ¡qué cartas más hermosas, las de nuestros misioneros del Perú! Están llenas de fervor misionero. Dan ganas de entregarte de veras a todas las exigencias que el amor de Dios pide a las almas. Si nos viera, en recreación, con qué alegría y admiración recordamos tan santas aventuras peruanas. Espero y pido al Señor que todos los trabajos apostólicos que realizan, acompañado de tanto sacrificio y abnegación, fructifique en nuevas vocaciones misioneras. Padre, por aquí cada día más felices. Nunca podré agradecerles bastante todo cuanto de V. R. y de los Padre misioneros de Cristo Rey he recibido. ¡Qué gracia tan grande de Dios que en un mundo donde reina la dureza de corazón y la violencia, Dios nos conceda vivir en una atmósfera donde la gloria de Dios es el único ideal! No quisiera molestarle más. Con el deseo puedan vivir unas santas Navidades, muy llenas de amor de Dios, humildemente le pide su bendición, su más pequeña hija, i.c.d.
Jesús recién nacido les llene de santa alegría, los consuele y alivie y les conceda toda la fortaleza y unión necesarias para seguir luchando en el "buen combate de la fe" durante este año nuevo que él nos concede. La penúltima noticia, alarmante, es que V. R. estaba ingresado porque la pulmonía, o neumonía mejor dicho, parecía que se le complicaba. Hoy, al escribir la presente, nos acaban de anunciar que ya está en casa. Bueno, a ver si no nos vuelve a encoger el corazón con otra sorpresa. Para mayo tiene que estar flamante para dirigir la expedición a Roma, pues hoy nos han dicho que los Cardenales, en Consistorio, ya han dado el "plácet" para el milagro de nuestra Beata Maravillas. Pero por encima de todas las celebraciones y "exultaciones" y noticiones, lo mejor es amar con intensísimo amor nuestra vocación y hacer realidad todo lo que nuestros venerables antecesores llegaron a realizar, y más. Por eso, mis queridísimos P. Alba, P. Turú, P. Cano, Srtas. Isabel y Jerusalén, Ana, Yolanda, Cristina, seminaristas... sepan que diariamente tienen a sus carmelitas a su lado, segundo tras segundo, queriéndoles alentarles y esforzándose una misma en una fidelísima fidelidad (al menos en la intención) para alcanzarles todas las gracias posibles en su tarea. ¡Benditos sean mil veces sus cansancios, dolores de cabeza, disgustos...! que son también nuestros pues la vocación de una carmelita no tiene sentido sin sus hermanos que trabajan en la "mies". No nombro al P. Ignacio, y en cambio lo estoy recordando. ¿Sabe que me alegro de que esté aquí? Nos llegó la noticia de que el próximo día 15 ordenan a nuestro hermano Ramón Olmos; le envío una particular felicitación aunque supongo que nuestra Madre lo hará más dignamente en nombre de todas. Espero la re edición del "Manual del Pueblo de Dios". Es muy útil. Ojalá no se demore. El Ave María (revista), lo digo de verdad, logradísima. Para el día 1 de enero, mil felicitaciones al P. Manuel, el "murcianico". Hoy justamente nos han dado vino de Carrascalejo porque íbamos a luego a la huerta a labrar y a arrancar un árbol centenario. El santo Noviciado está precioso: Hna. Elisa tan sencilla y espiritual, sin un átomo de mundo, nunca lo ha tenido. Ana Maravillas, risueña las 24 horas del día y en continuo adelanto (lo dice una simple espectadora, no sé más). A Hna. Patricia: ¡todo le va bien, todo le cae bien! Es un angelico muy vivaracho. Y Hna. Carmen Mª, un océano de mansedumbre. Así que no resta más que encomendarlas a todas a sus oraciones por caridad, y a esta pobre, que al menos no les dé mal ejemplo, ya que no sirvo para otra cosa. Su más pequeña hija, i.c.d.
Jesús sea siempre en nuestras almas, muy apreciado Padre. Le deseo una muy santa Navidad y que el Señor le colme de su santo Amor. Nuestra Madre nos ha informado de su falta de salud y estamos todas encomendándole mucho. Servidora en particular le ofrezco también todo el sufrimiento derivado de la larga y penosa enfermedad de mi madre. Este año me siento atraída de una manera especial y particular a unirme a los sentimientos, a la oración y súplicas del Santo Padre, sobre todo en estas Santas Fiestas de Navidad, a favor de la Sta. Iglesia y de todos los hombres de buena voluntad, y unida a ello meter en particular a todos los que amo. Santa Navidad también a los Padres y seminaristas, así como también a Isabel, Jerusalén y toda la Comunidad. Si no tenemos la dicha de verle antes, hasta la Hora Santa de final de año. Mucho le tendré presente ante el Señor. Su menor y más pobre hija que le pide la bendiga, i.c.d.
¡Jesús sea siempre en nuestras almas!
Mi muy queridísimo P. Alba: ¡Bendito sea Dios! que ha querido que sean estas las cuartas navidades que le envío a V. R. mi felicitación desde esta santa casa de la Virgen Santísima. Y espero siga queriendo que esto se repita muchos años más, para V.R., y para mí de perseverancia. Mire, Padre, un papel y un boli no me sirven para decirle todo lo que quisiera mi corazón (de "patata cocida", como me dijo un día V.R.). Y ahora mismo me estoy acordando de eso que dice nuestro Santo Padre San Juan de la Cruz, de que el Padre no tiene más que deciros, pues nos lo ha dicho todo en su Verbo, en su Hijo Jesucristo. Así es que a través de su Corazón vivo en el Sagrario le hago llegar todos mis infinitos deseos de santidad para V.R., y de que crezca hasta la plenitud en el amor de esta Señor nuestro, Jesucristo, que en estos días especialmente no hace más que decirnos "desesperadamente" lo mucho que nos ama... ¡infinito! aprovecho estas letras para pedirle que encomiende muy mucho a esta hija suya, que si Dios quiere, el 6 de febrero bajará del Noviciado a la comunidad (digo bajará porque se baja un piso. ¡Qué Dios coja confesás a las pobres monjas!). La verdad es que tengo gran pesar de lo mucho que he desaprovechado este tiempo den el Noviciado, y de no acabar nunca de tomar esa determinada determinación que dice nuestra Santa Madre. Se lo digo, Padre, para que vea lo muy necesitada que estoy de oraciones para que el Señor tenga compasión de esta insignificante carmelita, que se ha empeñado en tener una "terca" confianza de que cuando sea la hora el Señor completará sus favores con ella. Y como mi Santo Padre espero en "esperar no quedar falta", pues para que me voy a conformar con poco, si lo puedo tener todo, la plenitud del amor, ¿verdad? Acuérdese, le pido, de mí, en la Santa Misa, y pídale a Jesús que me dé tantas ansias de Él, tantas como para morir, que me mate de amor. Padre, yo me despido, pues si sigo llenaría la carta de "blederías" como dicen mis connovicias. Dele muchos recuerdos a los Padres, tan queridos por todas nosotras. Los encomendamos muchísimo. Y a todos nuestros hermanos de la Unión Seglar. En fin, a todos los quiero como mi familia. Su más pequeña hija, i.c.d.
Jesús sea siempre en nuestras almas, nuestro queridísimo Padre: Acabamos de oír su cinta en la hora de recreación y le agradecemos el detalle que ha tenido para con nosotras, que no dejamos de rezar para que todo sea a mayor gloria de Dios. Nos unimos espiritualmente a las intenciones por las que ofrece su enfermedad, y desde nuestro palomarcico, cargamos la retaguardia de los Misioneros de Cristo Rey, para que se vuelva a instaurar el Reinado Social de Jesucristo, como usted dice, y "al fin su Corazón Inmaculado triunfe". Ella, que es la Reina de los corazones, restaurará la paz espiritual y material de Israel, así como su fidelidad al Santo Padre, y el "Pueblo de Dios" convertido engendrará los mayores apóstoles de su Hijo. No dude, Padre, que verá cumplido el fruto de su ofrecimiento: la conversión de los pecadores y la santificación de todas las almas que le están encomendadas, así como la recompensa sus trabajos realizados siempre a mayor gloria de Dios. Recuerde que Él mismo prometió darnos "el ciento por uno". ¡Qué gran consuelo pensar que pronto verá saciado todo el amor de su alma junto al Amor de los amores, ¿verdad, Padre? Cuando esté en los brazos de nuestra Madre Santísima no deje de interceder por sus carmelitas, para que no pierdan jamás el espíritu de entrega y de fidelidad de su Madre Santa Teresa. Unidos en la oración y la Cruz, queriendo cumplir siempre la voluntad del Señor.
Jesús sea siempre con nuestras almas. Querido Padre Alba: En las última horas del año que acabamos de dejar atrás, escuchamos las palabras que usted nos dedicó en contestación a nuestras cartas. Se lo agradecemos muchísimo. Verdaderamente es emocionante que dentro de su enfermedad y estado de salud se acordara de esta Comunidad, aunque también es verdad que nosotras no le olvidamos ni un momento. Damos muchas gracias a Dios de "tenerle por amigo" como decía la Santa Madre y de tener aquí tan solemne representación de su obra en las almas. Hna. Patricia, la benjamina, es la encargada de comentar el contenido de sus palabras, aunque la verdad es, que más que comentar, es para ir pensándolas. Agradecemos mucho a los Misioneros de Cristo Rey que hayan tenido la delicadeza de regalarnos una copia. A sus oraciones nos encomendamos y le ofrecemos las nuestras, para que Dios le dé la salud, y siempre se cumpla su santa voluntad.
Carmelitas Descalzas de Tiana
Estimados hermanos en el Señor:
Habiendo sabido esta misma noche que el Padre Alba ha sufrido un derrame cerebral, desde ese mismo momento lo hemos encomendado especialmente en nuestras oraciones. Mañana, Dios mediante, estará muy presente en la celebración de la Misa. Ruego transmita este mensaje al Padre Antonio Turú, superior de los Misioneros de Cristo Rey. Un abrazo,
Jóvenes de Acción Católica de Cuenca y sus consiliarios (Don Gratiniano y Don Juan Manuel)
P. Turú: Hemos conocido con mucha pena la enfermedad del P. Alba. Le estamos encomendando mucho. Yo le estoy especialmente agradecida por la gentileza que mostró al traerme de Navillas. No podíamos pensar que hoy estaríamos hablando de su enfermedad. Mi hermano aún está bien, pero no hay muchas esperanzas. Sea lo que Dios quiera. En Él confiamos en estos momentos de dolor. Le seguimos encomendando. Por los Padre vamos sabiendo de su estado. Que Dios les ayude a ustedes en estos momentos y a él que le conceda la salud si le conviene y el consuelo de su compañía. Unión de oraciones,
Hermana Josefina (Casa d'Exercicis de Sarriá)
Querido Padre Alba:
Ayer he sabido por Francisco Suñé que no está bien de salud, es por lo que aunque se me hace difícil expresarme, voy a intentar seguir los dictados de mi corazón. Desde hoy cada día ofrezco la Santa Misa por Usted, me acuerdo especialmente en le memento de vivos. Con las veces que V. ha ayudado a mí y a toda mi familia y se ha preocupado y ocupado por mis problemas, sobre todo espirituales, y el consejo recibido por tantas cosas materiales. Todavía no me creo, Padre, que no esté bien de salud; siempre he visto en V. a una torre alta y un faro encendido. Es de justa correspondencia que ahora y cada día le tenga presente en la oración, sobre todo cuando su cuerpo está aquejado por el dolor y su espíritu aunque fuerte, se encontrará débil por la flaqueza del cuerpo. Padre, nunca se me olvidarán unas palabras que V. significaba en una homilía, precisamente de un hombre joven, en el Hospital Militar de Palma, con mucho arrojo y sin pamplinas. V. dijo: EN LA VIDA Y EN LA MUERTE SOMOS DE DIOS. Todavía recuerdo su editorial de Ave María del mes de noviembre en que habla V. de la comunión de los santos, de la Iglesia militante, la Iglesia purgante y la Iglesia triunfante. ¡Qué maravilla! ¿Cómo puede haber gente que no crea en la unión de Dios con el hombre y en este maravillosos intercambio de oraciones y gracias de unos para otros? Padre, no sé que más contarle; sí pedirle que ofrezca un poco de su dolor por mis hijos, para que vuelvan al redil de los Hijos de Dios, que no anden descarriados. Gracias, Padre. Hablaré con Suñé y, si puede y me acompaña, me gustaría mucho verle pronto, ya que V. ha venido muchas veces y yo estaba ausente. Siempre nos acordamos de los amigos cuando estamos a punto de perderlo. Un fuerte abrazo. Beso su mano sacerdotal. Un saludo de toda mi familia.
Sebastián Juan Piza
Muy estimado Señor Presidente de esa bella Hermandad Sacerdotal: Acabo de recibir su estimada y triste carta de fecha 7 del actual. Sí, Señor Presidente, me ha causado mucha tristeza la noticia que ya nuestro buen amigo y hermano en Cristo José Luis Almela me había dicho, sobre la grave enfermedad del amado Padre Alba. ¡Cuánta falta nos hará a todos, y más en estos tiempos de depravación y podredumbre que nuestra España sufre! ¡Y pensar que ganamos una Cruzada para acabar el Satanismo que predecíamos, y que tuvimos tantos mártires, y que ahora el enemigo de la Iglesia se nos ha infiltrado dentro y su labor demoníaca sigue solapadamente, y luego los innumerables traidores, les regalaron en bandeja de platino la victoria a los infames y criminales! El Padre César Navarrete también está enfermo y no conoce a nadie, aquel heroico sacerdote carlista de Gandia. Yo rezo por los dos, y también por nuestra Hermandad Sacerdotal. Yo con este corazón enfermo pero que late en amor a Dios y a nuestra Madre la Virgen María. Yo suplico a nuestros mártires, entre ellos mi hermano mayor y mi prometida asesinada y ultrajada delante de sus padres y luego asesinados también, para que intercedan ante el Señor por la salud del Padre Alba y del Padre Navarrete.
José Cuartero A.
+ JMJ
Para la familia del Padre Alba en Sentmenat
Paquita nos acaba de informar que el Padre Alba está muy grave. Nosotros estamos ofreciendo nuestros rosarios para él, pidiéndole a Nuestra Señora del Carmen de Garabandal que lo ampare en estos momentos. Nosotros continuaremos rezando para él y para todos vosotros. Los tenemos a todos muy presentes en nuestros pensamientos y oraciones.
La familia Wilson (Garabandal) Ricardo y Patricia Aragón (Madrid)