Dividiré esta exposición en cinco
partes:
Primero les haré un resumen del significado de los principales términos
empleados al hablar de la clonación.
En segundo lugar veremos unas nociones básicas de genética y de biología
celular, necesarias para entender mejor los procesos que se expongan.
Seguidamente trataremos de la clonación terapéutica y su finalidad.
Seguiremos hablando de la clonación reproductiva y sus fines.
La última parte tratará de la postura de la Iglesia Católica.
1º. SIGNIFICADO DE LOS TÉRMINOS EMPLEADOS.
Clon, Clonación: Llamamos clon al conjunto de células idénticas que, por división celular, proceden todas de una misma célula, llamada célula madre. Si la célula madre posee alguna característica especial, o es capaz de realizar determinado trabajo específico, todas sus células descendientes, todo el clon, también lo poseerá o lo realizará. La clonación sería, pues el proceso de obtención de estas células. Es como un proceso de copia a partir de un modelo original. Nosotros mismos seríamos un clon de células. En el desarrollo embrionario, las células que resultan por división del zigoto son clones de él, pues son células idénticas al zigoto. Pero al ir avanzando el proceso algunas de estas células, expresando la información genética que contienen, se diferencian de las otras para empezar a originar los distintos tejidos del cuerpo. Estas células, a partir de las cuales aparecerán los diferentes tejidos se denominan, como ya he dicho, células madre o células troncales. En recientes investigaciones se ha descubierto que en los tejidos del ser humano adulto existen y pueden ser identificadas, seleccionadas y obtenidas, células madre o troncales, a partir de las cuales se podrían obtener, por un proceso de clonación, prácticamente todos los tejidos de nuestro cuerpo. De este modo no sería necesario obtenerlas a partir de la destrucción de los embriones. Así pues, todas las células de nuestro cuerpo proceden por división de una sola célula madre, cual es el óvulo fecundado del que procedemos. A medida que se va produciendo el desarrollo embrionario y ese óvulo fecundado va dividiéndose y aumenta el número de células del embrión humano, algunas de estas células se convierten en células madre de los distintos tejidos y órganos que forman el cuerpo humano y, en un proceso gradual, maravillosamente armónico y controlado, lo que era una masa de células indiferenciadas, va adquiriendo, por sí mismo, forma humana. Pero es un ser humano desde el mismo momento de la concepción, independientemente de su forma o aspecto.
Clonación humana en sentido amplio: Se trata de obtener embriones o copias de embriones para disponer de células madres de tejidos o para "repetir" un mismo modelo humano, es decir, obtener gemelos idénticos, trillizos, cuatrillizos, etc. A este tipo de clonación pertenece la, tan debatida hoy, clonación terapéutica.
Clonación humana en sentido estricto: Consiste en
obtener un ser vivo idéntico a otro ser vivo adulto. A este tipo de clonación
pertenece el caso de la oveja Dolly; esta oveja nació en febrero de 1997 a
partir de la fusión entre un óvulo fecundado de oveja y el núcleo de una
célula adulta de otra oveja. La oveja que nació era idéntica a la que había
aportado el núcleo.
Desde entonces se han anunciado muchas clonaciones de animales y muchos equipos
científicos, burlando las leyes vigentes en muchos estados, o trasladándose a
países sin legislación sobre clonación, intentan obtener seres humanos
clónicos, idénticos a un ser humano adulto. Así lo ha anunciado la doctora
Brigitte Boisselier, directora de Clonaid, una compañía formada por la secta
de los raelianos, cuyo lunático fundador, Claude Vorilhon, autodenominado Rael,
afirma estar en contacto con extraterrestres y que nosotros somos uno de sus
experimentos. Pero Vorilhon no está loco, sólo representa su papel,
verdaderamente se trata de un personaje malvado. Su empresa Clonaid se encuentra
en las Bahamas para eludir las leyes norteamericanas y canadienses.
Clonación humana terapéutica frente a la
reproductiva: Algunos países, como Estados Unidos o la Gran Bretaña, permiten
la clonación con fines terapéuticos pero no la que tiene una finalidad
reproductiva. La primera, que es la que se intenta autorizar en España,
pretende obtener embriones humanos o utilizar los ya existentes, para extraer de
ellos células madre de distintos tejidos para tratar diversas enfermedades
degenerativas como la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer o la
diabetes.
La clonación reproductiva pretende usar de las técnicas genéticas para
obtener embriones humanos, prescindiendo del proceso reproductivo natural, con
el fin de que completen el proceso de desarrollo hasta los nueve meses y, al
fin, nazcan. Serán niños idénticos a un ser adulto, o a otro niño, que
murió prematuramente y los padres quieren volver a tenerlo, o qualquier
situación extravagante que podamos suponer (lesbianas que quieren tener un hijo
clónico fusionando los óvulos de ambas, reproducir algún personaje destacado
de la historia, etc.). Pero, como afirma David Prentice, profesor de ciencias de
la vida en la Universidad estatal de Indiana, "toda clonación es
reproductiva, puesto que crea reproduce un nuevo ser humano en desarrollo que
se prevé que sea virtualmente idéntico al sujeto clonado". Se usan las
mismas técnicas, y los embriones clonados son los mismos, cualquiera que sea su
fin. De esta manera continúa Prentice "los falsos eufemismos para
describir un embrión clonado como algo distinto de un embrión no son
científicos".
Las células madre: Como ya he dicho
anteriormente, son las células que originan un clon de células con
características idénticas todas ellas. Actualmente se pretende obtener estas
células a partir de embriones, pero muchos estudios recientes desde 1998
afirman que pueden obtenerse células madre, también llamadas troncales, a
partir de tejidos adultos, en donde permanecen indiferenciadas y pueden originar
hasta doscientas clases distintas de células. Anteriormente ya se habían usado
células del cordón umbilical para obtener células madre sanguíneas para
tratar la leucemia en niños. Otro lugar de dónde se han obtenido células
madre es la placenta. Más adelante volveré a tratar el tema de las células
troncales adultas.
2º. NOCIONES BÁSICAS DE GENÉTICA Y BIOLOGÍA CELULAR.
Voy a explicarles el significado de algunos términos empleados hasta ahora o en adelante.
Información genética: Conjunto de instrucciones sobre el funcionamiento y la constitución de un ser vivo. También llamado genoma. Está contenida en el núcleo de cada una de las células de ese ser vivo en forma de una larguísima molécula llamada ADN. La información genética se encuentra en el ADN en forma codificada ("en clave") y dicha información se traduce en moléculas diversas (ARN y proteínas) que permiten al organismo desarrollarse y funcionar de acuerdo con esas instrucciones, y al expresarse esas instrucciones se construye el organismo con unas características determinadas y una apariencia concreta. En otras palabras, nos hace ser como somos, desde el punto de vista orgánico: color de piel, pelo y ojos, rasgos de la cara, timbre de la voz, constitución del cuerpo, altura, funcionamiento de los órganos, aparatos y sistemas, posibles taras hereditarias, etc.
Núcleo: Es la parte más importante de toda
célula. Nuestro cuerpo, como el de los animales y las plantas, está formado
por billones y billones de células, agrupadas y diferenciadas en órganos y
tejidos que ejercen sus funciones características; pero si cada tejido u
órgano funciona correctamente, es porque funcionan correctamente la células
que lo constituyen, y si éstas funcionan correctamente, es porque expresan con
absoluta fidelidad y perfección las instrucciones contenidas en su información
genética. Esta información, insisto, está contenida en el núcleo.
Con respecto al tema de la clonación debemos decir que si a una célula se le
extrae el núcleo, y se le introduce el núcleo de otra célula distinta,
aquella expresará la información genética de esta última y se comportará
como esta última, pues lo decisivo, determinante es la información genética
del núcleo.
Cromosomas: El material hereditario, el ADN, se
encuentra en el núcleo de las células en forma de largas moléculas
filamentosas. Si pudiéramos estirarlas completamente y unirlas, el ADN de una
sola de nuestras células mediría ¡más de un metro!. Esto crea una dificultad
muy grande cuando las células se van a dividir y deben duplicar y repartir
equitativamente su ADN entre las dos células hijas: los largos filamentos se
enmarañarían y entremezclarían imposibilitando su reparto. Por esto antes de
que las células se dividan, su ADN se empaqueta extraordinariamente en forma de
pequeños bastoncitos, con el aspecto de una X, formados por ADN y proteínas a
los que llamamos cromosomas. Cada uno mide unas pocas diezmilésimas de
milímetro. Su número es constante y característico para cada especie: los
humanos tenemos 46 cromosomas en cada una de nuestras células, excepto las
reproductoras que sólo tienen 23.
Genes: Se denominan genes aquellas partes de la
información genética que tienen un sentido completo, que contienen unas
instrucciones determinadas para fabricar una proteína determinada. Así, por
ejemplo, la insulina es una proteína que permite la regulación de la
concentración de la glucosa en la sangre. El gen de la insulina es una parte de
la molécula de ADN que contiene las instrucciones necesarias para fabricar la
insulina y decir como debe ser esta proteína. En algunos casos de diabetes el
gen de la insulina es erróneo y no se produce insulina o ésta es anómala, con
lo que no actúa.
Los cromosomas contienen miles de genes, cada uno con instrucciones precisas
para fabricar todas las proteínas que permitirán construir y, más tarde,
funcionar a nuestro cuerpo. Nosotros somos lo que dicen nuestros genes
(refiriéndonos sólo al cuerpo, claro está).
Zigoto y embrión: Cuando un óvulo (la célula
reproductora femenina) es fecundado por un espermatozoide (la célula
reproductora masculina) se forma una célula totalmente nueva y distinta: el
zigoto. Ésta es la primera célula de un nuevo ser, es ya un nuevo ser;
contiene en su núcleo resultado de la fusión de los pronúcleos del óvulo y
del espermatozoide toda la información genética que le caracteriza y que
dirigirá su desarrollo de ahora en adelante y hasta su muerte. A partir de este
momento comienza a dividirse y aumenta de tamaño por aumento del número de
células. Es en esta etapa del desarrollo que pasa a denominarse embrión. Es en
este estadio del desarrollo humano en que estas pequeñas personas son usadas
con la supuesta finalidad de investigación terapéutica.
Clonación terapéutica: Proceso de obtención de embriones humanos por fecundación in vitro de óvulos por espermatozoides, o utilización de embriones ya existentes y sobrantes a partir de las técnicas de reproducción asistida, con la finalidad de obtener, a partir de ellos, las células madre de los tejidos que interese producir para remediar determinadas enfermedades. Una vez obtenidas las células madre, éstas se hacen crecer o proliferar para obtener un gran número de células clónicas (idénticas) que posteriormente podrán ser inyectadas en la zona del cuerpo en dónde se quiere tratar la enfermedad en cuestión. Así, para remediar la enfermedad de Parkinson, una vez obtenidos los clones de células madre del tejido nervioso, éstas se inyectan en la zona enferma del cerebro de los pacientes con la esperanza de que sustituyan a las deficientes y realicen correctamente la función que ya no se da en éstas: la síntesis de un neurotransmisor llamado dopamina. La realidad es que no se han obtenido resultados satisfactorios, hasta el momento, y estos fracasos son esgrimidos como argumento para continuar con los experimentos.
Clonación reproductiva: Con este concepto se
engloban una serie de procesos de manipulación de la vida humana en sus
comienzos, para obtener, como resultado final, niños nacidos con determinadas
características. El nacimiento de la oveja Dolly un animal clónico en 1997,
inició la carrera por la obtención de una serie de animales clónicos, y la
preparación de las técnicas para obtener, a no muy largo plazo, seres humanos
por clonación. Hemos de decir que la clonación de animales no representa
ningún problema de tipo moral, pues la obtención de animales idénticos con
determinadas características deseables (gran producción de carne, leche,
huevos, lana, incluso antibióticos y hormonas humanas después de manipular el
genoma de estos animales) no plantea dificultades morales. El mandato divino
"poblad la Tierra y sometedla" puede entenderse en este sentido.
Pero la manipulación del proceso reproductivo del hombre imagen y semejanza de
Dios es algo muy distinto. Por clonación reproductiva se pueden separar las
pocas células de un embrión de pocos días para obtener de 8 a 16 niños
idénticos o bien conseguir el nacimiento de un niño exactamente igual que un
ser humano adulto. ¿Cual puede ser la finalidad de tales aberraciones? Sin duda
tiene que ver con la rebeldía satánica de querer el hombre hacerse como Dios:
la tentación del demonio a nuestros primeros padres "seréis como
dioses".
Creación de una nueva vida humana: Como ya he
dicho anteriormente, la vida humana comienza en el momento de la fecundación,
más exactamente después de la fusión de los núcleos del óvulo y del
espermatozoide. En este momento se reúnen las informaciones genéticas
contenidas en los cromosomas que aportan el espermatozoide y el óvulo del padre
y de la madre respectivamente, y se constituye una combinación de genes
completa, única e irrepetible. La información del óvulo solo o del
espermatozoide solo no conducen a nada. Son células que no se dividen ni
originan nada. Sólo tienen sentido cuando se fusionan en la fecundación.
Después de ésta, sí que aparece algo distinto: el zigoto. Éste es poseedor
de la información genética que dirigirá, desde ahora y hasta su muerte, toda
su vida. En este preciso momento queda determinado desde un punto de vista
anatómico, morfológico, inmunológico, fisiológico, genético. Nada nuevo o
revolucionario sucederá hasta el dia de su muerte; no recibirá de su madre ni,
por supuesto, de su padre, nada distinto de la información genética que éstos
han aportado con sus células reproductoras. De la madre recibirá, eso si, un
lugar en donde desarrollarse, alimentos y oxígeno para su crecimiento, algunas
hormonas y algunos anticuerpos, pero nada sustancial. Todo su impulso vital para
su crecimiento, desarrollo y diferenciación proceden de su información
genética, heredada del padre y de la madre y de generaciones anteriores, pero,
en conjunto, distinta a la de todos ellos. Él es quien dirige su devenir y es
un organismo individual, distinto de la madre, no una parte de ella.
Y los embriones humanos o, mejor dicho, los seres humanos en estado de embrión,
no son sino una etapa más avanzada del desarrollo de ese zigoto; nuestro niño
algo más crecidito, y merecen tanto respeto a su vida como el zigoto o el niño
ya nacido. El embrión es un individuo humano, que tiene la calidad y la
dignidad propia de la persona y es, por tanto, sujeto del derecho fundamental
indispensable para que pueda desarrollarse según su propio principio vital.
Tener "la calidad y la dignidad propia de la persona" no requiere que
ésta haya desarrollado en mayor o menor grado sus potencialidades genéticas,
ni que éstas se expresen en grados de "calidad". Si se admitiera esto
como requisito para ser humano se habría abierto la puerta a todos los
desmanes, no sólo al aborto y la eutanasia, sinó al infanticidio, el
asesinato, la limpieza étnica, la depuración de deficientes, etc
Ni siquiera los nazis pudieron imaginar tanto horror.
Al terminar esta exposición podremos ver unas
bellísimas imágenes de los primeros momentos de una nueva vida humana. Pueden
imaginar que son las primeras fotografías de cualquiera de nosotros.
Paso a continuación a describirles algunas actividades que el embrión o feto
pueden llevar a cabo para demostrar lo irracional, además de criminal, de
negarle al embrión o feto características personales humanas. Manual sobre
aborto
Técnicas de reproducción asistida. Fecundación
in vitro: Brevemente debo hablarles de estas técnicas pues, como consecuencia
de ellas, se ha abierto un debate de qué debía hacerse con los embriones
sobrantes que resultan de su aplicación.
La finalidad de la fecundación in vitro es permitir la paternidad a unos padres
que no pueden conseguirlo por medios naturales. A tal fin se fecundan varios
óvulos con espermatozoides fuera del cuerpo de la madre. La obtención de los
óvulos no plantea excesivos problemas morales, salvo los que se derivan del fin
al que serán destinados; sí plantea graves conflictos morales la obtención de
los espermatozoides: normalmente por medio de una acción gravemente pecaminosa,
la masturbación: PECADO MORTAL.
Una vez comprobada la fecundación de los óvulos, se toman 3 ó 4 embriones
formados por 2 a 4 células, unas 36 horas después de la fecundación, y se
implantan en el útero de la mujer. Se retiran todos los que hayan anidado
correctamente, excepto uno: el afortunado futuro hijo de la pareja estéril. En
1978 nació en Londres el primer "bebé probeta" del mundo, y en 1984
el primero de España en Barcelona. Pero ¿qué se hace con los embriones
retirados del útero que habían anidado satisfactoriamente? ¿Y con los que no
llegaron a transferirse al útero, pues se fecundó un número elevado de
óvulos? Se congelan en nitrógeno líquido a 196 ºC bajo cero. Si más
adelante los padres quieren tener un nuevo hijo, sólo será necesario
"descongelar" e implantar el mismo número de embriones que antes: 3
ó 4. La tasa de supervivencia de los embriones después de descongelación es
del 50 al 60 % y es problemático, cuando menos, qué lesiones cromosómicas o
fisiológicas puede haber sufrido el embrión durante la congelación. En 1983
se dio a conocer el primer embarazo después de criopreservación de un
embrión, pero murió a las 24 semanas de gestación. Un año más tarde, en
Holanda, nacieron dos niñas por esta técnica.
Pero ¿cuántos niños han muerto en las distintas etapas del proceso de
fecundación in vitro, para obtener el nacimiento de un hijo
"deseado"? Hay multitud de estadísticas elaboradas por los distintos
equipos. Se barajan cifras de 40 a 1. ¡Cuarenta niños no llegarán a nacer
para que uno pueda hacerlo! Muchos embriones son eliminados antes de la
transferencia al útero para determinar la viabilidad de los restantes o ante la
sospecha de su no completa normalidad. El resto, como ya les he dicho, son
congelados.
Surge inmediatamente la pregunta ¿qué hacer con
estos embriones? ¿qué utilidad podemos darles? Y la respuesta de los
democráticos utilitaristas no se hace esperar: los usaremos en beneficio de la
humanidad. Al fin y al cabo están destinados a ser incinerados, vamos a darles
un destino honroso, vamos a emplearlos para remediar enfermedades, eso es mejor
que acabar en el cubo de la basura. La misma respuesta que ya antes dieron los
promotores del aborto y que tarde o temprano darán los promotores de la
eutanasia. Hace más de 60 años los nazis emplearon los mismos argumentos para
justificar la experimentación humana sobre los deportados a los campos de
exterminio.
Y hay tal cantidad de embriones porque la técnica de fecundación in vitro así
lo exige, al menos en España donde la legislación es más laxa que en otros
países y no limita el número de embriones obtenidos en cada proceso
reproductivo. Se calcula que hay actualmente de 40 a 50 mil embriones congelados
en los laboratorios de los centros de reproducción asistida, un 15% lleva
congelado más de 5 años, que es el plazo que la legislación establece como el
máximo tiempo que pueden permanecer criopreservados para entrar en los
programas de implantación, pues pasado este tiempo se prevé que puede haber
riesgo de deterioro en el embrión y podría desarrollarse un niño con ciertas
anomalías.
¿Que hacer, moralmente, con estos embriones? Desde luego lo primordial debería
ser impedir su creación, pero ahora que ya existen ¿qué deberíamos hacer con
ellos? Una cuestión moral ciertamente difícil. Tal vez, ¿dejarlos morir?
Porque, ¿encontraríamos 40 mil o 50 mil mujeres dispuestas a adoptar
prenatalmente estos niños, como sugiere la Dra. Mónica López Barahona, Vocal
del Comité Asesor de Ética y decana de Ciencias Biosanitarias de la
Universidad Francisco de Vitoria, al votar en contra del informe de dicho
comité favorable al uso de los embriones para clonación terapéutica? La mitad
de esos embriones morirían en el proceso de descongelado. Muchos de los
restantes podrían ser transferidos a mujeres que quieren ser madres, pero ¿y
con los restantes? Y los centros dedicados al lucrativo negocio de la
fecundación in vitro, ¿aceptarían el hecho de dejar de ingresar los miles de
euros que perciben por cada fecundación in vitro?
Para "resolver" la cuestión de los embriones sobrantes aparece la
clonación con fines terapéuticos.
3º. CONSIDERACIONES ACERCA DE LA CLONACIÓN CON FINES TERAPÉUTICOS.
Creo que ha quedado bastante claro que la finalidad de esta técnica es clonar, copiar las células madre o troncales embrionarias que originarán distintos tejidos de interés terapéutico: nerviosas para la cura de enfermedades neurológicas, sanguíneas para la curación de leucemias, pancreáticas para la curación de diabetes, de la piel para la cura de quemaduras o cáncer de piel, etc. La preferencia de estas células embrionarias frente al empleo de otras células u otras técnicas que no sean destructivas para el embrión, es decir abortivas, radica en el propio hecho de la aceptación tácita del aborto como una realidad social inevitable, e incluso deseable. Radica en la pérdida total del respeto por la vida humana no útil, en el desprecio de Dios y de su creación: el hombre. No es de extrañar, pues, que sean tan coincidentes en el tiempo las corrientes abortistas, eutanásicas y clonadoras. Son distintos aspectos de un mismo tema. El hombre se ha querido hacer Dios y Dios, no sólo ya no es necesario, sinó que ya no existe. Y, como decía Dostoyevski "si Dios no existe, todo está permitido".
Pero es que, además y hasta ahora, los resultados
obtenidos con células madre embrionarias no responden a las expectativas
suscitadas. Apenas hay publicaciones de las curaciones "milagrosas"
que se nos prometían. Ya los precedentes de estas técnicas, como son el uso de
tejidos fetales obtenidos a partir de fetos abortados vivos, como denuncia el
Dr. Nathanson en su libro La mano de Dios, fueron un rotundo fracaso. Era muy
frecuente que tras la introducción en el organismo del enfermo de las células
fetales, éstas produjeran una reacción inmunológica de rechazo al tejido
extraño que se había introducido en ese cuerpo, o que esas células
embrionarias acabaran convirtiéndose en un tumor cancerígeno o en una
malformación llamada teratoma.
Existe una alternativa viable y contrastada, con resultados positivos, de
remisiones o curaciones completas de ciertas enfermedades degenerativas. Se
trata del uso de células madre adultas, aquellas células que se encuentran en
los tejidos de una persona adulta y que todavía conservan cierta capacidad
embrionaria: la de dividirse y originar otros tejidos diferentes a aquél del
que han sido extraídas. Además de que no comporta la destrucción de
embriones, el uso de células madre adultas es una técnica más sencilla,
barata y con mejores resultados. Y no existe el riesgo de rechazo como sucede en
las células embrionarias, pues se trata de células extraídas del mismo
paciente que va a ser tratado con ellas.
En 1998 los doctores estadounidenses James Thompson y John Gearhart
desarrollaron por primera vez técnicas para identificar, aislar y mantener
durante largo tiempo cultivos de células madre o troncales que se encuentran en
todos los tejidos del organismo humano como células indiferenciadas, y que son
las progenitoras de las cerca de doscientas clases de células distintas
nerviosas, musculares, sanguíneas, etc. que contiene nuestro organismo. El
interés científico y el potencial terapéutico futuro que se adivina son
incalculables. El pasado día 19 se reunieron en el Hospital La Paz de Madrid
varios equipos de científicos y médicos que trabajan en esta línea de
investigación para poner en común los resultados de sus trabajos. Los
resultados hablan por sí mismos. El equipo del Hospital La Paz, coordinado por
el Dr. Damián García Olmo ha curado por primera vez en el mundo, fístulas en
dos pacientes con enfermedad de Crohn y los equipos de la Clínica Universitaria
de Navarra y el Hospital Universitario de Valladolid han regenerado tejido
cardíaco tras un infarto agudo de miocardio. Las células madre se obtuvieron
de los propios pacientes a partir de tejido adiposo subcutáneo (la grasa que
tenemos debajo de la piel) en el equipo de Madrid, o de tejido muscular o de
médula ósea en los equipos de Navarra y Valladolid. Las investigaciones
continúan y auguran mejores resultados. ¿Por qué, pues, ese empeño en
continuar la investigación sobre embriones? Verdaderamente, Satanás anda en la
ciudad.
4º. CONSIDERACIONES SOBRE CLONACIÓN REPRODUCTIVA.
Desde que en 1997 se obtuvo, por clonación de un
animal adulto, el primer mamífero clónico, inmediatamente se planteó la
posibilidad de clonar también seres humanos. Pero ¿con que oscuros fines? La
verdad es que los mismos que clonaron a Dolly se niegan a esa posibilidad, pues
como afirma el "padre" de Dolly, el Dr. Ian Wilnut de Edimburgo (Escocia)
"es criminalmente irresponsable la pretensión de clonar seres
humanos". Además, los resultados no son muy alentadores: Dolly envejecía
a un ritmo tres veces superior al normal en las demás ovejas de su misma raza,
y ya ha muerto por complicaciones respiratorias. Otros animales clonados
posteriormente han desarrollado tumores cancerígenos y teratomas.
¿Qué pretensión de exaltación del ego humano puede llevar a un ser humano a
obtener una copia de sí mismo? ¿Qué deformación del amor paterno puede
impulsar a unos padres a pedir la clonación de su único hijo, ya muerto?
¿Acaso se pretende obtener individuos de raza inferior para dedicarlos a las
tareas más penosas, para nutrir las filas de ejércitos de superhombres, o
crear "granjas" de humanos para el suministro de sangre u órganos
para los transplantes tras modificarlos genéticamente para suprimir o minimizar
los problemas del rechazo? No son estas horripilantes posibilidades una mera
utopía. En la documentación consultada para explicarles este tema, varios
autores hablan de estos supuestos como posibilidades futuribles y no como
argumentos de una novela de ciencia ficción. ¿Tendrían alma estos seres
"humanos"? ¿Serían personas humanas o quizás una nueva especie de
animales humanos? Pero dilucidar esto, está completamente por encima de mis
capacidades. Lo dejo para que lo resuelvan los teólogos de la Iglesia.
5º. ¿QUÉ DICE LA DOCTRINA DE LA IGLESIA CATÓLICA?
No deja lugar a dudas: tanto el Catecismo de la
Iglesia Católica (pto. 2275), como en las encíclicas Veritatis Splendor y
Evangelium Vitae de S. S. Juan Pablo II, así como en el documento Donum Vitae,
queda muy claro lo que debe pensar y cómo debe actuar el católico en este
tema. Pero además, sus argumentos son tan diáfanos que pueden ser asumidos por
cualquier científico no católico. Dice el Papa en la Evangelium Vitae:
"La decisión deliberada de privar de la vida a un ser humano inocente es
siempre moralmente malvada y nunca puede ser lícita ni como un fin en sí misma
ni como medio para un buen fin".
Explotar los embriones humanos como material biológico, o para proporcionar
órganos o tejidos en el tratamiento de ciertas enfermedades, dice el Papa que
"constituye un acto absolutamente inaceptable" (nº 63).
Los cuidados al enfermo no pueden proporcionarse a expensas de una vida
inocente.
Desde la Humanae Vitae de Pablo VI hasta la Evangelium Vitae de Juan Pablo II
pasando por multitud de documentos de la Santa Sede, de la Academia Pontificia
para la Vida, declaraciones de distintos cardenales, entre ellos el Cardenal
López Trujillo y el Cardenal Ratzinger, afirman la radical dignidad de la
persona humana desde el mismo momento de la concepción y subrayan la esencial
inmoralidad de las técnicas de clonación humana y el uso de embriones humanos
para investigación biomédica, así como de las técnicas de reproducción
asistida. Palabras de S.S.Juan Pablo II en noviembre de 2001, poco después del
anuncio de la clonación del primer embrión humano: "Desde el momento en
que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni
la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo.
Jamás llegará a ser humano si no lo ha sido desde entonces". Se trata de
un "ser que no puede ser considerado como un objeto o material de
experimentación ... Las hipotéticas ventajas para la humanidad o para el
progreso de la investigación no pueden de ningún modo constituir un criterio
decisivo de bondad moral ... El desarrollo con objetivos selectivos del
diagnóstico prenatal, el diagnóstico de pre implantación. Así como la
utilización, la producción y la destrucción de embriones humanos con el
simple objetivo de experimentación y obtención de células estaminales (madre
o troncales), constituyen graves atentados contra el respeto absoluto de toda
vida humana y contra la grandeza del ser humano, que no depende de su aspecto
exterior o de los lazos que mantiene con otros miembros de la sociedad".
CONCLUSIÓN.
¿Qué podemos hacer nosotros? Porque "La voz de la sangre de tu hermano
está clamando a Mí desde la Tierra" Génesis 4, 10
¿Podemos permitir que en nuestra Patria siga imperando esta ley injusta que
autoriza a matar a los hijos dentro del vientre de sus madres, a los
científicos inmorales a experimentar con seres humanos, como si de animales se
tratara, y a los políticos a erigirse en jueces para decidir cuando nos hacemos
humanos o cuando pueden matarse seres humanos completos, fijando unos plazos
temporales totalmente arbitrarios e irracionales?
¿Qué juicio histórico merecerá nuestra generación que ha llegado a tales
barbaridades? Y lo que es más terrible ¿qué juicio divino merecerá esta
generación?
No se nos pedirá si tuvimos éxito en nuestro empeño, o si conseguimos evitar
uno solo de todos estos crímenes; sí, en cambio, se nos dirá:
¿QUÉ HICISTE POR ESTOS NIÑOS? ¿HICISTE TODO LO QUE ESTABA EN TU MANO, O
ABANDONASTE LA LUCHA ANTE LA IMPOSIBILIDAD DE CAMBIAR LAS LEYES? ¿LUCHASTE A
PESAR DE NO TENER ESPERANZAS DE ÉXITO Y VERTE ABOCADO AL FRACASO? ¿CONFIASTE
EN TUS SOLAS FUERZAS HUMANAS, O LO DEJASTE TODO EN LAS MANOS DE DIOS?
¿Qué haremos, pues? Oración y lucha. Oración incesante, pues nos enfrentamos
a las más poderosas fuerzas del mal que luchan contra el hombre, por ser imagen
y semejanza de Dios. Lucha incesante, pues si Dios está con nosotros ¿quién
contra nosotros? Un medio válido para luchar puede ser la iniciativa popular
"Una vida una esperanza"(*), que pretende alcanzar la derogación de
la ley de despenalización del aborto en España.
(*) http://www.unavidaunaesperanza.com
Antonio Sellas Dorca, Biólogo
Información genética: Conjunto de
instrucciones sobre el funcionamiento y la constitución de un ser vivo.
También llamado genoma. Está contenida en el núcleo de cada una de las
células de ese ser vivo en forma de una larguísima molécula llamada ADN. La
información genética se encuentra en el ADN en forma codificada ("en
clave") y dicha información se traduce en moléculas diversas (ARN y
proteínas) que permiten al organismo desarrollarse y funcionar de acuerdo con
esas instrucciones, y al expresarse esas instrucciones se construye el organismo
con unas características determinadas y una apariencia concreta. En otras
palabras, nos hace ser como somos, desde el punto de vista orgánico: color de
piel, pelo y ojos, rasgos de la cara, constitución del cuerpo, altura, etc.
Núcleo: Es la parte más importante
de toda célula. Nuestro cuerpo, como el de los animales y las plantas, está
formado por billones y billones de células, agrupadas y diferenciadas en
órganos y tejidos que ejercen sus funciones características; pero si cada
tejido u órgano funciona correctamente, es porque funcionan correctamente la
células que lo constituyen, y si éstas funcionan correctamente, es porque
expresan con absoluta perfección las instrucciones contenidas en su
información genética. Esta información está contenida en el núcleo. Con
respecto al tema de la clonación debemos decir que si a una célula se le
extrae el núcleo, y se le introduce el núcleo de otra célula distinta,
aquella expresará la información genética de esta última y se comportará
como esta última.
Cromosomas: El material hereditario,
el ADN, se encuentra en el núcleo de las células en forma de largas moléculas
filamentosas. Si pudiéramos estirarlas completamente y unirlas, el ADN de una
sola de nuestras células mediría más de ¡un metro!. Esto crea una dificultad
muy grande cuando las células se van a dividir y deben duplicar y repartir
equitativamente su ADN entre las dos células hijas: los largos filamentos se
enmarañarían y entremezclarían imposibilitando su reparto. Por esto antes de
que las células se dividan, su ADN se empaqueta extraordinariamente en forma de
pequeños bastoncitos, con el aspecto de una X, formados por ADN y proteínas a
los que llamamos cromosomas. Cada uno mide unas pocas diezmilésimas de
milímetro. Su número es constante y característico para cada especie: los
humanos tenemos 46 cromosomas en cada una de nuestras células.
Genes: Se denominan genes aquellas
partes de la información genética que tienen un sentido completo, que
contienen unas instrucciones determinadas para fabricar una proteína
determinada. Así, por ejemplo, la insulina es una proteína que permite la
regulación de la glucosa en la sangre. El gen de la insulina es una parte de la
molécula de ADN que contiene las instrucciones necesarias para fabricar la
insulina y decir como debe ser esta proteína.
Así deducimos que los cromosomas contienen miles de genes, cada uno con
instrucciones precisas para fabricar todas las proteínas que permitirán
construir y funcionar a nuestro cuerpo. Nosotros somos lo que dicen nuestros
genes (refiriéndonos sólo al cuerpo, claro está).
Zigoto, embrión: Cuando un óvulo
(la célula reproductora femenina) es fecundado por un espermatozoide (la
célula reproductora masculina) se forma una célula totalmente nueva y
distinta: el zigoto. Ésta es la primera célula de un nuevo ser, es ya un nuevo
ser; contiene en su núcleo resultado de la fusión de los pronúcleos del
óvulo y del espermatozoide toda la información genética que le caracteriza y
que dirigirá su desarrollo de ahora en adelante y hasta su muerte. A partir de
este momento comienza a dividirse y aumenta de tamaño por aumento del número
de células. Es en esta etapa del desarrollo que pasa a denominarse embrión. Es
en este estadio del desarrollo humano en que estas pequeñas personas son usadas
con la supuesta finalidad de investigación terapéutica.
Clonación: Proceso por el cual se
obtienen copias de un gen o de una célula. En el desarrollo embrionario, las
células que resultan por división del zigoto son clones de él, pues son
células idénticas al zigoto. Al ir avanzando el proceso algunas de estas
células, expresando la información genética que contienen, se diferencian de
las otras para originar los distintos tejidos del cuerpo. Estas células, a
partir de las cuales aparecerán los diferentes tejidos se denominan células
madre o células troncales. En recientes investigaciones se ha descubierto que
en los tejidos del ser humano adulto existen y pueden ser identificadas,
seleccionadas y obtenidas, células madre o troncales, a partir de las cuales se
podrían obtener, por un proceso de clonación, prácticamente todos los tejidos
de nuestro cuerpo. De este modo no sería necesario obtenerlas a partir de la
destrucción de los embriones.
Clonación terapéutica: Proceso de
obtención de embriones humanos por fecundación in vitro de óvulos por
espermatozoides, o utilización de embriones ya existentes y sobrantes a partir
de las técnicas de reproducción asistida, con la finalidad de obtener a partir
de ellos las células madre de los tejidos que interese producir para remediar
determinadas enfermedades. Una vez obtenidas las células madre, éstas se hacen
crecer o proliferar para obtener un gran número de células clónicas
(idénticas) que posteriormente podrán ser inyectadas en la zona del cuerpo en
dónde se quiere tratar la enfermedad en cuestión. Así, para remediar la
enfermedad de Parkinson, una vez obtenidos los clones de células madre del
tejido nervioso, éstas se inyectan en el cerebro de los pacientes con la
esperanza de que sustituyan a las deficientes y realicen correctamente la
función que ya no se da en éstas: la síntesis de un neurotransmisor llamado
dopamina. La realidad es que no se han obtenido resultados satisfactorios, hasta
el momento, y estos fracasos son esgrimidos como argumento para continuar con
los experimentos.
Clonación reproductiva: Con este
concepto se engloban una serie de procesos de manipulación de la vida humana en
sus comienzos, para obtener, como resultado final, niños nacidos con
determinadas características. El nacimiento de la oveja Dolly un animal
clónico en 1997, inició la carrera por la obtención de una serie de animales
clónicos, y la preparación de las técnicas para obtener, a no muy largo
plazo, seres humanos por clonación. Hemos de decir que la clonación de
animales no representa ningún problema de tipo moral, pues la obtención de
animales idénticos con determinadas características deseables (gran
producción de carne, leche, huevos, lana, incluso antibióticos y hormonas
humanas) no plantea dificultades morales. El mandato divino "poblad la
Tierra y sometedla" puede entenderse en este sentido. Pero la manipulación
del proceso reproductivo del hombre imagen y semejanza de Dios es algo muy
distinto. Por clonación reproductiva se pueden separar las pocas células de un
embrión de pocos días para obtener de 8 a 16 niños idénticos o bien
conseguir el nacimiento de un niño exactamente igual que un ser humano adulto.
¿Cual puede ser la finalidad de tales aberraciones? Sin duda tiene que ver con
la rebeldía satánica de querer el hombre hacerse como Dios: la tentación del
demonio a los primeros padres "seréis como dioses".
JUICO MORAL SOBRE LAS TÉCNICAS DE CLONACIÓN
HUMANA
La voz de la Iglesia al hablar de estos temas no deja lugar a ninguna duda.
Desde la Humanae Vitae de Pablo VI hasta la Evangelium Vitae de Juan Pablo II
pasando por multitud de documentos de la Santa Sede, de la Academia Pontificia
para la Vida, declaraciones de distintos cardenales, entre ellos el Cardenal
Ratzinger, afirman la radical dignidad de la persona humana desde el mismo
momento de la concepción y subrayan la esencial inmoralidad de las técnicas de
clonación humana y el uso de embriones humanos para investigación biomédica,
así como de las técnicas de reproducción asistida. Palabras de S. S. Juan
Pablo II en noviembre de 2001, poco después del anuncio de la clonación del
primer embrión humano: "Desde el momento en que el óvulo es fecundado, se
inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un
nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. Jamás llegará a ser humano
si no lo ha sido desde entonces". Se trata de un "ser que no puede ser
considerado como un objeto o material de experimentación ... Las hipotéticas
ventajas para la humanidad o para el progreso de la investigación no pueden de
ningún modo constituir un criterio decisivo de bondad moral ... El desarrollo
con objetivos selectivos del diagnóstico prenatal, el diagnóstico de pre implantación.
Así como la utilización, la producción y la destrucción de embriones humanos
con el simple objetivo de experimentación y obtención de células estaminales
(madre o troncales), constituyen graves atentados contra el respeto absoluto de
toda vida humana y contra la grandeza del ser humano, que no depende de su
aspecto exterior o de los lazos que mantiene con otros miembros de la
sociedad".